Durante décadas, Alan Gelfand, propietario de German Car Depot, ha visto de primera mano qué hace que un vehículo sea confiable y costoso. No está convencido de que los vehículos eléctricos (EV) estén ahí todavía. Si bien los vehículos eléctricos ganan terreno, Gelfand destaca los inconvenientes críticos que lo mantienen firmemente en el mundo de los motores de combustión interna. Estas no son sólo preferencias: son preocupaciones prácticas sobre costos, mantenimiento y confiabilidad a largo plazo.
El alto costo del reemplazo de la batería
El mayor riesgo de los vehículos eléctricos, según Gelfand, es la batería. A diferencia de los automóviles de gasolina que pueden recorrer cientos de miles de millas con el mantenimiento adecuado, las baterías de los vehículos eléctricos se degradan con el tiempo. Un reemplazo completo puede costar fácilmente entre $12,000 y $20,000, una suma que rivaliza con el pago inicial de un vehículo nuevo. Los datos de Geotab estiman que las baterías duran entre 15 y 20 años, pero pierden aproximadamente un 1,8% de capacidad anualmente. Esto significa una caída significativa de la autonomía en unos pocos años, seguida de un gasto enorme cuando la batería finalmente falla.
Acceso de reparación limitado
Los vehículos eléctricos son muy difíciles de mantener para los mecánicos independientes. Los fabricantes restringen el acceso al software y a las piezas de diagnóstico, lo que obliga a los propietarios a depender casi exclusivamente de los concesionarios. Esto limita las opciones de reparación, aumenta los tiempos de espera y aumenta los costos. Gelfand señala que esto elimina una ventaja clave de los automóviles de gasolina: la libertad de elegir un mecánico independiente y asequible.
El mito de la propiedad sin mantenimiento
Muchos suponen que los vehículos eléctricos requieren un mantenimiento mínimo, pero eso es engañoso. Todavía necesitan revisiones periódicas de los frenos, rotaciones de neumáticos, reparaciones de la suspensión y mantenimiento del refrigerante. De hecho, los neumáticos para vehículos eléctricos se desgastan dos veces más rápido debido a baterías más pesadas y diseños que reducen el ruido, lo que significa reemplazos más frecuentes y costosos.
Degradación de la batería relacionada con el clima
La duración de la batería también se ve significativamente afectada por el clima. En regiones cálidas como Florida, las baterías se degradan más rápido, lo que acorta su vida útil y aumenta la probabilidad de reemplazo prematuro. Este es un factor que los compradores potenciales suelen pasar por alto.
¿Qué le haría cambiar de opinión?
Gelfand no se opone en principio a los vehículos eléctricos, pero quiere ver mejoras fundamentales. Reconsideraría si la tecnología de las baterías avanzara para ofrecer 300.000 millas de vida útil confiable a un costo de reemplazo asequible. También quiere que los fabricantes abran datos de reparación para que los mecánicos independientes puedan reparar los vehículos eléctricos sin verse bloqueados por software propietario.
Estas no son preocupaciones de un solo mecánico. Destacan los costos ocultos y las limitaciones prácticas que muchos compradores de vehículos eléctricos no consideran plenamente. Hasta que se aborden estas cuestiones, Gelfand se muestra escéptico
