Gaste inteligentemente, viva feliz: tres formas respaldadas por expertos de aumentar su bienestar

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Todos sabemos que un teléfono nuevo o un dispositivo brillante pueden generar una emoción temporal, pero la emoción se desvanece rápidamente. Esta “rueda hedonista” -en la que gastar dinero inicialmente mejora nuestro estado de ánimo sólo para volver al nivel inicial- pone de relieve por qué el dicho “el dinero no puede comprar la felicidad” resuena en tanta gente.

Pero, ¿qué pasaría si existieran formas más inteligentes de gastar que realmente pudieran allanar el camino hacia una satisfacción duradera? El Dr. Jordan Grumet, médico de cuidados paliativos y autor, sostiene que el dinero puede comprar la felicidad; sólo depende de cómo lo usemos. Aquí hay tres estrategias de gasto respaldadas por expertos diseñadas para aumentar su bienestar:

Invierta en su crecimiento

Piensa en los arrepentimientos que puedas tener más adelante en la vida. Probablemente no desearás haber comprado un televisor más grande, pero podría arrepentirte de no haber perseguido ese sueño o haber perfeccionado esas habilidades. Grumet, basándose en su experiencia con pacientes al final de su vida, enfatiza cómo dedicar tiempo y recursos al desarrollo personal puede conducir a una felicidad genuina.

En lugar de derrochar en tendencias pasajeras, considere invertir en usted mismo. Esto podría significar tomar un curso, comenzar un proyecto creativo o salir de su zona de confort. Este concepto se hace eco de la idea del antiguo filósofo griego Aristóteles de felicidad eudaimónica : encontrar satisfacción esforzándose por convertirse en la mejor versión de uno mismo.

Cultivar conexiones significativas

Durante décadas, el Estudio sobre el Desarrollo de Adultos de Harvard ha seguido a cientos de hombres para comprender qué contribuye a una vida feliz y saludable. Los hallazgos son claros: las relaciones sólidas son primordiales. El Dr. Robert Waldinger, investigador principal del estudio, dice que las conexiones estables en la mediana edad predicen una mejor salud y felicidad que los niveles de colesterol. Por el contrario, la soledad puede ser tan perjudicial para el bienestar como fumar.

Entonces, ¿cómo se traduce esto en gasto? Invertir en su vida social a través de experiencias compartidas, obsequios bien pensados ​​o apoyando el crecimiento de sus seres queridos puede generar importantes beneficios en términos de felicidad.

Recupere su tiempo

Si bien no podemos retrasar el reloj, podemos recuperar momentos preciosos que contribuyen a una vida más feliz. Un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) encontró que las personas que gastaron dinero en servicios que les ahorraron tiempo (piense en la entrega de comestibles o en el cuidado del césped) reportaron una mayor satisfacción con la vida que aquellos que no lo hicieron.

El experimento, en el que los participantes recibieron 40 dólares específicamente por servicios que les ahorraran tiempo, cuestionó las suposiciones de que la subcontratación de tareas hacía que la gente se sintiera perezosa. En cambio, los resultados mostraron que recomprar incluso pequeños espacios de tiempo tenía un impacto positivo en la felicidad similar al de ahorrar dinero.

El tiempo es finito e irremplazable. Al delegar tareas, podemos reducir el estrés, crear espacio para actividades agradables o simplemente disfrutar de un mayor control sobre nuestros horarios: todos ellos factores que contribuyen a un mayor bienestar general.